El origen de Fanta se remonta nada menos que a mediados del siglo XX. Corría el año 1940 cuando, en plena Segunda Guerra Mundial, los embotelladores alemanes de Coca-Cola se encontraron con problemas para conseguir el concentrado proveniente de Estados Unidos. De ahí surgió la necesidad de crear un nuevo refresco que se pudiera fabricar con productos locales. Como alternativa, inventaron esta bebida refrescante cuyo nombre es de origen incierto, aunque existen varias teorías al respecto.
Por un lado, algunos argumentan que el nombre de Fanta deriva de la palabra alemana “fantasie”, que significa fantasía en castellano; otros, que fue seleccionado por su sonido refrescante y sus connotaciones agradables, que le iban como anillo al dedo a esta bebida. Sin embargo, la teoría más extendida -y quizás más plausible- es que se eligió el nombre de Fanta porque se puede pronunciar fácilmente en todos los idiomas del mundo.
Lo cierto es que no se puede demostrar a ciencia cierta por qué Fanta se llama Fanta, pero lo que sí está contrastado es que tal denominación fue el resultado de un concurso entre los trabajadores de Coca-Cola en Alemania.
En este punto, seguramente muchos pensarán que Fanta ya nació naranja o incluso limón, pero nada más alejado de la realidad. Y es que, con el avance de la guerra, aquella primera Fanta fue producida con los ingredientes que había en ese momento disponibles, pues muchos escaseaban. De hecho, no era extraño que su sabor cambiase de vez en cuando, aunque generalmente tenía como ingrediente base suero de leche.
Una década después de la contienda mundial, en 1955, el embotellador italiano de Coca-Cola sugirió crear una nueva bebida con sabor a naranja, ya que en Italia había una gran tradición de sabores cítricos. A la compañía le pareció buena idea, y decidieron utilizar para ello el nombre que se había empleado durante la guerra en Alemania. Así nacía Fanta Naranja, la variedad más popular, presente en prácticamente todos los países donde se comercializa la marca.
A España, Fanta Naranja llegaría en 1961 y, desde entonces, se han ido incorporando nuevos miembros a la familia, como Fanta Limón en 1962 o Fanta zero azúcares añadidos (solo con los azúcares presentes de forma natural en los zumos de frutas), que llegó en 2008 para ofrecer una alternativa sin azúcares añadidos. A estas opciones se sumarían Fanta sabor Fresa y Fanta Piña sin azúcar añadido -solo comercializadas en Canarias- y, más recientemente, en 2019, una nueva variedad sin azúcares añadidos y baja en calorías: Fanta Uva sin azúcar añadido.
Cada una es para momentos y gustos diferentes, pero, parafraseando un anuncio clásico de Fanta de la España de los años 60, con todas da gusto tener sed.
Última actualización: 17/04/2020