Las primeras experiencias cuando uno inicia su recorrido laboral son difíciles de olvidar. Las hay de todo tipo, pero las que ofrece el proyecto GIRA Jóvenes
Con ellas, los jóvenes -seleccionados para estas oportunidades según su perfil e intereses- aprenden disfrutando, ganan en confianza y ven más claro hacia dónde quieren dirigir sus pasos laborales.
Parte clave de un espectáculo como el Coca-Cola Music Experience
Una de esas experiencias tiene que ver con la música y con un fenómeno que triunfa entre los jóvenes: los festivales. Entre 10 y 20 participantes de GIRA Jóvenes colaboran cada año en la organización del concierto
“Los chicos de GIRA juegan un papel fundamental en las labores de apoyo a la producción artística y técnica de estos dos eventos”, cuenta Laura Sánchez, miembro de la organización del CCME. Mientras se afanan en las distintas tareas asignadas con tiempos muy ajustados -son uno o dos días-, tienen la posibilidad de conocer a sus ídolos musicales y moverse entre un público joven y entregado como ellos.
“En esas jornadas tan intensas aprenden muchas cosas, pero sobre todo la importancia del trabajo en equipo: el respeto por cada uno de los compañeros involucrados, que hay que ayudarse los unos a los otros y la diversión y el orgullo que supone ser parte clave de un espectáculo semejante”, subraya Laura.
Camareros y azafatos en el concurso de redacción de Coca-Cola
Los que se inclinan por el mundo de la hostelería y la organización de eventos tienen una excelente oportunidad de avanzar en estos ámbitos en la gala final del Concurso
“En cada edición, unos 15 chicos de GIRA Jóvenes trabajan como camareros en la cena de bienvenida previa a la gala y en el cóctel posterior, además de como azafatos durante el acto”, cuenta Paula Nicolás, miembro de la organización del certamen. “No solo conocen desde dentro el funcionamiento de una empresa de restauración y los entresijos de un evento -dos mundos con posibilidades-, sino que tienen que saber desenvolverse con los invitados y desplegar sus habilidades a la hora de solucionar cualquier imprevisto”.
Al sentir que se les tiene en cuenta y, por tanto, son útiles, los chicos ganan confianza en sí mismos y se ven capaces de hacer lo que se propongan. Así lo asegura Eugenio García, gestor de Comunicación y Relaciones Externas en
Formándose en hostelería en el bar de las oficinas de Coca-Cola Iberia en Madrid
Otro de los destinos, en este caso de tres meses, es el acogedor bar de las oficinas de
Entusiasmo y ganas contagiosas
Estas son solo algunas de las experiencias laborales que estos chicos pueden disfrutar, y que suelen vivir con un entusiasmo y unas ganas contagiosas. “Esa actitud de darlo todo dura hasta el final, e incluso a veces más si fuera por ellos”, dice Laura.
Pero al margen de su actitud y de las habilidades que desarrollan, “tienen también la oportunidad de conocer a muchos profesionales y ver el trabajo que hacen de cerca, por lo que pueden discernir mejor qué les interesaría hacer en un futuro y se les despiertan las ganas de luchar por ello”, prosigue.
No solo eso. “Estas vivencias también les ayudan a entender mejor el mundo adulto y el esfuerzo que han realizado otros antes para llegar hasta donde ellos quieren, contextualizando situaciones difícilmente asimilables si no hubieran pasado por estas magníficas experiencias”.
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