El Bar Escuela de
“Le propuse a Javier Iturralde acercar a los alumnos una tendencia actual vinculada con la gastronomía y que ellos pueden hacer. He querido ir más allá de la demostración y que ellos mismos llegarán a fotografiar sus pinchos con una cámara más profesional que la que puedan tener habitualmente”, comenta Sacha sobre esta experiencia única para todos los participantes.
Primero preparan los aperitivos, y cada uno le da su toque personal. Unos preparan entrantes calientes y otros fríos, con toques de color y formas diferentes, buscando algún detalle que les diferencie.
A continuación pasan al salón del restaurante donde les espera Sacha con un set de iluminación para hacer que sus pinchos deslumbren. Juntos aprenden como direccionar las luces de los flashes y elegir la mejor composición. Luego cada uno de ellos toma las riendas de la cámara y hace sus propias fotografías, probando con diferentes ángulos y distancias.
Todos se sorprendieron de los resultados. Ninguno de ellos hubiese pensado que sus imágenes pudieran parecer de ¡un catálogo de alta cocina!.
Para finalizar, Sacha les propone que se retraten unos a otros con sus aperitivos. Ahora prueban también a hacer de modelos, cambiando poses y risas. Un buen recuerdo para una tarde en la que han descubierto una nueva pasión.
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