No es domingo por la mañana en la ciudad de Franklin (Tennessee, Estados Unidos), pero eso no impide que Roger Cook irrumpa en la habitación entonando un himno. "Asombrosa Gracia / Qué dulce el sonido / Que salvó a un desgraciado como yo”, canturrea con lo poco que le queda de acento británico mientras toca delicadamente un ukelele de madera de caoba.
"Algunas iglesias cantan aquí esta melodía", dice Cook, a punto de cumplir 77 años. "Funciona perfectamente". Una melodía que al oírla resulta instantáneamente familiar, pero cuya letra original no coincide con la que pronuncia Cook.
Este británico afincado en Estados Unidos desde hace décadas es uno de los cuatro compositores de I'd like to teach the world to sing ("Me gustaría enseñar al mundo a cantar", aunque aquí se conoce como Me qustaría comprarle al mundo una
Le visitamos en su casa de Franklin para desvelar la historia del jingle que, tras el spot, disfrutó de una segunda vida como canción de éxito en Europa y Estados Unidos. Y para saber más del arte y la ciencia de componer temas para publicidad y hits pop, algo que Cook ha hecho unas cuantas veces en las últimas cinco décadas.
1. La relación de Roger Cook con Coca-Cola se inició con una canción de éxito que co-escribió a principios de los 60.
Con poco más de 20 años, Cook, originario de Bristol, y su amigo Roger Greenaway cantaban en formaciones Doo Wop, conocidas en español con el nombre onomatopéyico de Du duá. "El grupo en el que estaba se mantuvo hasta 1960, cuando dejamos la carretera y todos pasamos a tener empleos ordinarios", recuerda Cook. "Por su parte, Roger (Greenaway) formaba parte de The Kestrels, que habían tenido bastante éxito".
"En 1963 recibí una llamada suya, diciéndome: ‘Uno de los integrantes se va, ¿quieres sustituirle?'. Estaba deseando volver a la música, así que la respuesta fue sí. Hicimos una gira de seis meses y luego el grupo se disolvió, pero antes de eso Roger y yo escribimos una canción titulada You've got your troubles, que fue un bombazo en todo el mundo. Bill Backer, director creativo de McCann Erickson, agencia con la que trabajaba
2. Me gustaría comprarle al mundo una Coca-Cola no fue el primer jingle en el que Roger Cook trabajó.
"En ese primer viaje a Nueva York, compusimos el jingle Camionero para la campaña Las cosas van mejor con
3. Las expectativas para el jingle de Hilltop eran altas.
4. Cook y Greenaway ya tenían la melodía para el jingle.
La idea de ‘Quiero comprarle al mundo una
Cuando Backer contó la idea a Davis, este le comentó que si él pudiera hacer algo por la gente, lo primero que haría no sería comprarles una bebida, sino darles un hogar y, después, compartir con ellos una Coca Cola en un ambiente de paz y amor. Así es como ambos decidieron partir de esos conceptos para desarrollar la canción y el anuncio.
"Bill nos preguntó: ‘¿Tenéis alguna melodía que funcione con esto?’. Greenaway y yo pensamos en una titulada, creo, True Love and Apple Pie, con una letra bastante desastrosa. La tocamos y Bill quedó prendado. Usamos los viejos acordes de You've got your troubles, con modificaciones".
"A continuación, nos pusimos a trabajar de inmediato en la letra. Creo que a Greenaway se le ocurrió la idea de ‘Me gustaría enseñar al mundo a cantar’ y puede que yo añadiera ‘en perfecta armonía’. Esa fue la forma en que sacamos el jingle, con nuestras cuatro cabezas funcionando a tope. En tres o cuatro horas, teníamos escrita la canción".
5. Coca-Cola no se planteó desde un principio convertir el jingle en una canción.
En febrero de 1971, Me gustaría comprarle al mundo una
6. Billy Davis grabó dos versiones de la canción con grupos diferentes.
7. Cook y Greenaway, todo un tándem de compositores en los años 60 y 70.
"Hemos tenido una gran carrera”, apunta Cook. "Hemos firmado más de 50 éxitos en Europa y en torno a una decena en Estados Unidos. Y tocábamos con bandas diferentes. Yo con Blue Mink y Greenaway con The Pipkins, Brotherhood of Man y White Plains.
8. George Martin, productor de los Beatles, era un fan de You've got your troubles.
"George Martin nos pidió que fuéramos a su oficina y, una vez allí, nos dijo: 'Me gustaría produciros’. Fue uno de los días más maravillosos de mi vida. ¡Los Beatles produciéndonos a nosotros! Tuvimos que esperar tres meses para grabar porque Martin estaba con el álbum Rubber Soul de los chicos de Liverpool. Al final, Martin nos llevó al estudio y grabamos una versión de Michelle, una de las canciones de Rubber Soul. Con esa canción alcanzamos el Top Ten en Estados Unidos en 1966 como el dúo David y Jonathan. Fue fantástico".
9. Tras cortos periodos en Nueva York y Los Ángeles, Cook se mudó a Nashville en 1975 y se pasó a la composición de canciones country.
"Vine aquí para una visita de una semana y llevo ya 42 años", confiesa Cook. "Es la musicalidad de Nashville, repleta de grandes artistas. Ama a los músicos más que ninguna otra ciudad del mundo. De hecho, su lema es Todo comienza con una canción”.
Los primeros años fueron más duros de lo que Cook esperaba. "Estaba muy acostumbrado a tener éxitos pop cuando llegué. Y pensé: ‘Escribiré también éxitos country. No creo que sea tan difícil’. Pues lo fue. Dos años después, no había conseguido ningún hit”.
"Comencé a colaborar con Bobby Wood y juntos compusimos You've Been Talking in Your Sleep para Crystal Gayle. Fue un número uno y la canción del año en los premios Broadcast Music Inc (BMI). De repente, empecé a ser conocido, algunos artistas querían trabajar conmigo y se me abrió el mercado. He logrado siete u ocho números uno dentro de la música country".
10. Crear un jingle es, muchas veces, más complicado que escribir una canción.
"Crear un jingle es sinónimo de intensidad”, explica Cook. "Te ves con la cabeza gacha, caminando arriba y abajo, preocupándote por cada línea, releyendo la letra una y otra vez, cambiando una palabra aquí y otra allá. Y es que condensar todo lo que quieres decir en una o dos líneas es un reto".
"Tienes 58 segundos, e incluso 29 segundos, para contar la historia. En una canción dispones de tres o cuatro minutos, además de que normalmente tienes horas para pensar en ella y componerla, puede que incluso semanas".
"Además, tienes que encontrar un ángulo, un enfoque, un gancho, algo original, lo que es bastante difícil de hacer. En Me gustaría comprarle al mundo una
11. La inspiración está en todo.
"Me gusta escuchar a la gente", asegura. "Cuando hablan, muchas veces sueltan grandes titulares, ya sea tomando algo o mientras ven un partido de fútbol. Te dices: ‘Me lo apunto y ya lo utilizaré en algún momento".
"Normalmente uno empieza con una pequeña idea sobre la letra de la canción. Entonces la melodía llega con ese puñado de palabras, una o dos líneas. Y lo vas desarrollando. Tan simple como eso”.
"Llevo haciendo esto desde hace 55 años. Las ideas me vienen de manera sencilla y rápida, y no tardo más de tres horas en escribir la mayoría de las canciones. He creado cerca de 5.000 y siempre es difícil saber cómo van a empezar y cómo van a terminar. Lo asombroso es que todavía uno pueda tener una idea que otra persona no haya tenido antes. Es cuando piensas: ‘La mía podría ser una de ellas’, y se te eriza el vello. Algunas veces estás en lo cierto”.
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